La Leyenda del Tiempo


Y al hombre su ser se le manifiesta en sueño, en sueños. Pasarlo por la realidad es despertarlo. El ser se revela, el ser se desvela porque va perdiendo su carácter de absoluto, de oculto, de inaccesible. Se le revela así al sujeto que lo padece y conduce. Se desentraña.

María Zambrano - El sueño creador






El disco que cambió el flamenco moderno y supuso la primera colaboración de Tomatito con Camarón. Rock progresivo y flamenco. Los poemas de Lorca dan cuerpo a las letras de este disco producido por Ricardo Pachón en 1979.  En su momento el disco fue un "fracaso" en ventas.



La Leyenda del Tiempo - Camarón de la Isla
(Federico García Lorca/Ricardo Pachón) 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

El tiempo va sobre el sueño 
Hundido hasta los cabellos 
Ayer y mañana comen 
Oscuras flores de duelo 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

Sobre la misma columna 
Abrazados sueño y tiempo 
Cruza el gemido del niño 
La lengua rota del viejo 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

Y si el sueño finge muros 
En la llanura del tiempo 
El tiempo le hace creer 
Que nace en aquel momento 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño

Capitalismo y Democracia





Cada día esta más claro para los que nos agarramos a ideas y dogmas en decadencia, y defendemos las ideas agonizantes del medioevo, que pronto nos quedaremos solos en la defensa del más deteriorado de estos antiguos dogmas: la idea llamada democracia. Se ha tardado una generación, más o menos mi generación, en arrastrarla de la cima de su éxito, su supuesto éxito, al lodo de su fracaso, su supuesto fracaso. A finales del siglo diecinueve, millones de hombres aceptaron la democracia sin saber la razón. Parece que, finalizando el siglo veinte, millones hombres la rechazarán sin conocer tampoco el motivo. De una manera así de lógica, recta y sin vacilaciones, avanza la mente del ser humano por el gran sendero del progreso.


En cualquier caso, en este momento la democracia esta siendo atacada y, lo que es más, atacada injustamente. La gente crítica el sufragio universal solo porque no es tan culta como para criticar el pecado original. Hay un examen muy sencillo para determinar si un problema social es causado por el pecado original. Consiste en hacer lo qué no están haciendo ninguno de estos críticos modernos: plantear algún merito moral para los sistemas políticos alternativos. La esencia de la democracia es muy simple y, como escribió Jefferson, evidente. Si diez hombres naufragasen juntos en una isla desierta, su comunidad la compondrían ellos, su bienestar la razón de estar juntos, y en circunstancias generales la voluntad colectiva sería la ley. ¿Si por su carácter no están capacitados para autogobernarse, quien de ellos puede decir que, por su forma de ser, debe gobernar a los demás?


Decir que gobernará el más listo o el más valiente es eludir la cuestión. Si emplean sus capacidades a favor del colectivo, destilando agua o planeando expediciones, están al servicio de los demás. Que serian, en este sentido, sus gobernantes. Si emplean sus capacidades contra los demás, robando el ron o envenenando el agua potable ¿Por qué debería el resto tolerarlo? ¿Hasta que punto es probable que lo hagan? 
En un ejemplo tan sencillo, todo el mundo ve el fundamento popular del sistema, y las ventajas del gobierno por consenso. El problema con la democracia es que, en la época actual, raramente surge un caso así. En otras palabras, el problema con la democracia no reside en ella. Reside en ciertas cosas, artificiales y antidemocráticas, que, de hecho, han surgido en el mundo moderno para frustrar y destruir la democracia.


La modernidad no es democracia. La maquinaria industrial no es democracia. Dejar todo en manos del comercio y el mercado no es democracia. El capitalismo no es democracia. Esta más bien en contra de la democracia por su sustancia y sus tendencias. Por definición la plutocracia no es democracia. Pero todas estas cosas modernas se abrieron camino en el mundo al mismo tiempo, o poco después, que los grandes idealistas como Rousseau y Jefferson estudiaban el ideal de la democracia. Puede defenderse que el ideal democrático era demasiado optimista como para triunfar. Lo qué no se puede mantener es que lo que fracasó es el mismo que las cosas que triunfaron. Una cosa es que un tonto se pierda en el bosque y se lo coman las fieras, otra que el tonto sobreviva en el bosque como una fiera más. En la práctica, la democracia lo tiene todo en contra y de hecho puede decirse que, en la teoría, también hay algo contra ella. Podría decirse que la naturaleza humana esta contra ella. De hecho, es seguro que el mundo moderno lo está. La sociedad científica y trabajadora del ultimo siglo ha sido un lugar mucho más inadecuado para cualquier experimento de autogobierno de lo que lo habrían sido las antiguas condiciones de vida en el campo o incluso la vida de los nómadas. La vida en las mansiones feudales no era democrática, pero se podía haber convertido en democrática más fácilmente. La vida de los campesinos de épocas posteriores, en Francia o en Suiza, podría haberse convertido muy fácilmente en democrática. Lo que es horrorosamente difícil es convertir el moderno capitalismo industrial en democrático.


Por eso la gente empieza a decir que el ideal democrático no está vigente en el mundo moderno. Estoy totalmente de acuerdo. Pero me quedo con el ideal democrático, que es al menos un ideal y por lo tanto una idea, antes que con que el mundo moderno, que no es más que la actualidad y por lo tanto ya es historia antigua. He notado que los lunáticos, o con mejor educación idealistas, ya se están apresurando en abandonar este ideal. Un pacifista famoso, con quien yo discutí cuando era un radical en los periódicos radicales y que más tarde se ha convertido en un republicano modelo de la nueva república, el otro día se tomó muchas molestias para poder decir que la voz del pueblo es, en términos generales, la voz de Satanás. A decir verdad, estos liberables nunca tuvieron mucha fe en el gobierno por el pueblo como no la tuvieron en nada que fuese de la gente como las tabernas o las quinielas de Dublín. No creían en la democracia que invocaban contra los reyes y los sacerdotes. Yo si y sigo creyendo en ella. Pero prefiero invocarla contra pedantes y maniáticos. Aún creo que sería el gobierno más humano si pudiese ponerse en práctica en otra época menos inhumana.


Por desgracia, las ideas humanitarias han sido el signo distintivo de una época inhumana. Con esto no me refiero a la simple crueldad. Me refiero a la situación en que hasta la crueldad ha dejado de ser humana. Cuando el rico, en lugar de ahorcar a seis o siete de sus enemigos porque los odia, simplemente arruina y mata de hambre a seis o siete mil personas a las que no odia al no haberlas visto nunca. La única razón es que viven al otro lado del mundo. Me refiero a la situación en la que el lacayo o cortesano de un hombre rico en vez de entretenerse mezclando un nuevo y original veneno para los Medici o labrando una daga exquisita para los objetivos políticos de los Medici, se aburre en una fabrica haciendo un determinado tipo de tornillo, que encaja en una lamina que no ha visto, que sirve para montar una pistola que nunca verá. Qué se disparará durante un combate del cual nunca tendrá noticia, y sobre cuyas circunstancias concretas sabe todavía menos de lo que sabía el canalla renacentista sobre los fines del veneno y la daga. 

En resumen, que el problema del capitalismo es que es indirecto. Todo se retuerce hasta las cosas que deberían ser rectas. Y en este, el sistema más indirecto de todos, intentamos aplicar la idea más directa que existe. La democracia, una idea simple hasta la medula, ha sido aplicada inútilmente a una sociedad compleja hasta la locura. No es sorprendente que una idea tan visionaria se haya desvanecido de nuestro entorno. A mí me gusta la idea, pero tiene que haber de todo en este mundo. Y de hecho hay personas, que pasean tranquilas bajo la luz del sol, a las que parece gustar el entorno.


G. K. ChestertonAparecido por primera vez en la columna del Illustrated London News, en Julio de 1932. 

Un espíritu libre no debe aprender como esclavo



 


La semicultura es peor que la ignorancia porque nos engaña. Su engaño hace posible tenernos atados de pies y manos, subyugados por quimeras.

La semicultura, en efecto, es la ilusión de saber. Los medios de comunicación nos alimentan a diario con estímulos y con noticias. Pero estos medios, no lo olvidemos, están al servicio de grupos dominantes que los manejan a su antojo; para servirlos adecuadamente necesitan del éxito a toda costa.

Se explica así la tendencia actual de los medios de comunicación al “sensacionalismo”, el afán de exagerar las noticias más insignificantes, de enunciar a bombo y platillo cualquier tema, cualquier problema viejo o nuevo.

Por tal razón las noticias, problemas y conceptos que difunden están ya manipulados desde el principio. La extrema rapidez con que han de elaborarse los programas en los medios de comunicación, por otra parte, los condena fatalmente a la superficialidad más absoluta.


Los medios de comunicación hacen “cultura” a su manera. Pero la sirven en dosis aplastantes y su fin no es el de instruir, sino el de condicionar: el resultado es la semicultura.[...]

Hoy, que tanto se habla de compromiso y de cultura, resulta inevitable que la gran mayoría de los hombres -privada de los conocimientos que les permitiría tener las ideas claras, los cuales, por otra parte, no los proporciona la escuela, ni tampoco los medios de comunicación- se refugie en la ilusión de saber, cuando no se simula saber. Los medios de comunicación se convierten así en los ministros por antonomasia del reino de la semicultura.


El comportamiento de sus súbditos es comparable al de un bibliotecario que conociera los títulos de todas las obras confinadas a su tutela, pero no su contenido, y que aún así se creyera en la obligación de discutir las ideas de, pongamos, Kant, Leibnitz o Freud.

Roberto Rossellini




La Modernidad

El mundo moderno será una síntesis entre el mundo de la burguesía occidental de hoy y el mundo de las poblaciones subdesarrolladas que se unen ahora a la historia. La racionalidad occidental será modificada por la presencia de otro tipo de visión del mundo que estos pueblos expresan. 

La modernidad consiste en esta modificación. Es verdad que el hombre es siempre el mismo, pero también es verdad que cambia. Tanto más porque en este momento nos está amenazando una verdadera mutación antropológica. El verdadero apocalipsis es que la tecnología, la era de la ciencia aplicada, hará del hombre algo distinto de lo que era antes. Ha sucedido algo que no tiene equivalentes en la historia del hombre. 

Pier Paolo Pasolini




Toda la casa de borrachera



         


Para una noche que llego sobrio a casa, ¡Y menuda curda llevaba la banqueta! Me intenté sentar en ella para quitarme los zapatos y no había manera porque estaba venga a menearse. La mesilla también se había unido a la fiesta, quería dejar mi medallita de oro en el cajón, pero se me iba de aquí para allá. ¡Yo todo era intentar cogerla, y ella, todo querer escaparse! El perchero, ciego como un piojo, lanzaba la gabardina y el sombrero contra la cama, que tenía las sábanas arremolinadas y muertas de risa. Al final me fui hacia el mueble-bar, a ver si también yo me ponía a tono.

Ester Berdor CorralesXVIII Premio Internacional de Relato Hiperbreve Círculo Cultural Faroni
Paloma Pájaro Imagen

La Murga de los Currelantes



En Andalucía, que es un pueblo de contrastes, se encuentran muchos motivos para conmoverte. Es tierra de grandes miserias y hermosas grandezas. Resulta cualquier cosa menos indiferente. Ser andaluz, para mí, es la forma cultural de ser persona.



Sabed que he sido brujo, escritor, cantante, morisco, gitano, bereber, sirena, gayamba, monjita de convento, bandolero, pirata, guerrillero, abogado de pobres, contrabandista y justiciero. Que me aferro al instinto cuando me traiciona la inteligencia. Que aprendí a cantar y a golpear las cuerdas de mi guitarra como si fueran barrotes de una prisión.












La murga de los currelantes  Carlos Cano


¡Ay, Señor! 

la que armaron, la que liaron, 

con la salida de la masonería 
y la subversión, 
la pelota, los toros, la lotería 
y las quinielas, 
el seillas, las letras, el televisor. 
"Yus pikinglis", turismo, Sofico, renta, 
los alemanes, bombas en Palomares
¡Vaya por Dios! 
Y ahora con el destape de teta y trota 
los camuflajes, 
las serpientes con traje de santurrón. 
Y es que las dentaduras, 
ya no están duras, 
para estas huesuras 
y llega la rotura 
y el personal, que asentado en diquela 
como se jalan de carca a carca 
mientras cuecen las habas, 
suelta un cantar:

¡María! 

coge las riendas de la autonomía 

¡Marcelo! 
que los parados quieren currelo 
¡Manué! 
¿con el cacique qué vas a hacer? 
pues le vamos a dar con el tran tracatrán 
pico, pala ichimpón! y a currelar 
parabán parabán parabán pan pá.

Esto es la murga los currelantes 

que al respetable buenamente 

va a explicar, 
el mecanismo, tira para adelante, 
de la manera más bonita y popular, 
se acabe el paro y haya trabajo 
escuela gratis, medicina y hospital 
pan y alegría nunca nos falten. 
Que vuelvan pronto los emigrantes 
haya cultura y prosperidad.

¡Maroto! 

siembra la tierra que no es un coto 

¡Falote! 
que ya esta bien de chupar del bote 
¡Ramón! 
hay que acabar con tanto bribón 
pues le vamos a dar el tran tacatrán 
pico, pala ¡chimpón! y a currelar 
parabán parabán parabán pan pá.


Esto es la murga los currelantes 

que al respetable buenamente 

va a explicar, 
el mecanismo, tira para adelante, 
de la manera más bonita y popular, 
se acabe el paro y haya trabajo 
escuela gratis, medicina y hospital 
pan y alegría nunca nos falten. 
Que vuelvan pronto los emigrantes 
haya cultura y prosperidad.

La vida que murmura





La vida que murmura. La vida abierta.
La vida sonriente y siempre inquieta.

La vida que huye volviendo la cabeza,
tentadora o quizá, sólo niña traviesa.

La vida sin más. La vida ciega que quiere ser
vivida sin mayores consecuencias,

sin hacer aspavientos, sin históricas histerias,
sin dolores trascendentes ni alegrías triunfales

ligera, sólo ligera, sencillamente bella
o lo que así solemos llamar en la tierra.


Gabriel Celaya

Calle de dirección única



Charles Chaplin,  Tiempos Modernos, 1935

Los seres humanos, en tanto que especie, se encuentran, desde hace unos milenios, al final de su desarrollo, pero la humanidad, en tanto especie, se encuentra al principio.

          Walter Benjamin
           


Naturalmente las máquinas


Es de todos conocido el llamado “experimento de Milgram”, una investigación sobre la obediencia desarrollada por el psicólogo estadounidense del mismo nombre en los años sesenta del siglo pasado. Voluntarios que creían estar participando en un experimento oficial sobre la memoria, y que recibían una pequeña remuneración por ello, accedían a aplicar descargas eléctricas a un “aprendiz” cada vez que éste no podía responder a una pregunta. Aunque los voluntarios no lo sabían, el “aprendiz” era un actor y los electrodos a los que estaba conectado su cuerpo eran falsos. 

Los resultados fueron espeluznantes: conminados por uno de los “investigadores” cada vez que dudaban (“el experimento requiere que usted continúe”), el 65% de los voluntarios llegó a aplicar el nivel máximo de potencia, 450 voltios, a pesar de las súplicas y gritos del “aprendiz”; y ninguno de ellos se detuvo antes de alcanzar los 300 voltios. Milgram trataba de explicarse la conducta de los funcionarios nazis, como el famoso Adolf Eichmann, y descubrió la normalidad, casi universalidad, de la obediencia a la autoridad, en cuyos mimbres se disuelve, como un azucarillo, la conciencia individual y los escrúpulos morales.

Milgram centraba mucho la atención en el carácter “oficial” del experimento: el número de “desobedientes” aumentaba si se convocaba a los voluntarios en nombre de una empresa privada y no en nombre del Estado. Pero dio menos importancia al hecho -para mí fundamental- de que el voluntario infligiese dolor al aprendiz a través de una máquina, la cual introducía dos elementos “psicológicos” decisivos. El primero tiene que ver con la distancia, en el sentido de que la máquina evitaba el contacto físico directo con la víctima y dificultaba la “representación” de su sufrimiento. El segundo, más decisivo aún, se relaciona con la “racionalidad e impersonalidad” de la máquina, depositaria en sí misma de una “finalidad” superior. La verdadera autoridad a la que se somete el voluntario no es la del investigador humano ni la de la abstracta instancia oficial que lo ha convocado sino la del aparato del que su cuerpo y su conciencia se han vuelto meras prolongaciones. Como es sabido, la introducción -por ejemplo- de picanas eléctricas en las sesiones de tortura de las dictaduras latinoamericanas (en los mismos años en los que Milgram realizaba su experimento) buscaba menos aumentar el dolor del prisionero que convertir la tortura en una rutina profesional, parecida a la de la medicina, asumible por cualquier “sensibilidad común” como parte objetiva del oficio.

Esta objetividad, racionalidad e impersonalidad de la máquina tiene efectos pavorosos. Podemos decir que el desarrollo tecnológico ha producido algo así como una superación universal del Estado de Derecho. La tecnología ha naturalizado en la conciencia de los seres humanos la violación del derecho como un efecto rutinario del uso de máquinas. Pensemos, por ejemplo, en los drones. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado siempre como intolerables las ejecuciones extrajudiciales, y ninguna persona decente deja de estremecerse ante la idea de un ciudadano -delincuente o no- asesinado en un callejón por un policía. Cuando eso ocurre como consecuencia de un bombardeo en el que decenas de civiles mueren sin haber cometido ningún delito o, en cualquier caso, sin derecho a un juicio justo, nos escandaliza también, aunque bastante menos. Pero si es un avión sin piloto el que, además de violar la soberanía de otro país, mata a un “blanco escogido”a 10.000 km. de distancia, entonces nadie protesta. Todos aceptamos con naturalidad que se asesine a un ciudadano de otro país en un callejón de Aden o de Islamabad si se hace desde lejos y a través de una máquina “vacía de hombre”.

Algo parecido ocurre en las aduanas y en los aeropuertos. Todos los turistas del mundo -a los emigrantes no les queda más remedio- aceptamos sin protestas ni resistencias que se conculque de hecho el principio de “presunción de inocencia” y que se nos trate, por tanto, como a sospechosos de terrorismo, porque esa suspensión del derecho se realiza a través de un proceso mecanizado en el que somos manejados por máquinas más que por manos. Un registro manual nos soliviantaría y nos humillaría; si se utiliza un escáner electrónico no sólo no nos resistimos sino que nos sentimos tranquilos, apaciguados, casi como si nos estuviesen “curando”.

Lo mismo sucede en el caso Snowden. Dejemos a un lado el escándalo político, la complicidad de la Unión Europea, el ignominioso “acto de guerra” contra Bolivia y su presidente. ¿Por qué los ciudadanos del mundo hemos aceptado con tanta docilidad el espionaje potencial de nuestros correos privados por parte de los EEUU? Soportamos difícilmente la curiosidad de un vecino entrometido y fisgón; y nos repugna instintivamente la figura del soplón o del confidente que, como ocurría en la dictadura de Ben Ali en Túnez, pasaba información a la policía sobre las conversaciones privadas en los cafés. Por lo demás, uno de los rasgos que más escandalizaba a los occidentales de los regímenes de la órbita soviética (pensemos en la famosa película “La Vida de los Otros”) era su tentativa rudimentaria e impotente de “espionaje total”. Pues bien, esa pesadilla antiliberal del “espionaje total” se ha hecho realidad en el país más “liberal” del planeta, desmintiendo así que realmente lo sea, y no hemos dicho nada. ¿Por qué? Una explicación es que nos hemos tragado la propaganda “antiterrorista” del gobierno estadounidense, dispuestos a sacrificar derechos y libertades a la promesa de una mayor seguridad. Otra -mucho más natural- es que este “espionaje total” se realiza a través del más sofisticado, desarrollado y universal sistema tecnológico de comunicación global, en el que están atrapados también nuestros placeres, nuestros amores y nuestros trabajos.


Cuanto más artificial es un procedimiento más naturales nos parecen sus consecuencias. Más allá de las ideologías y de las estrategias políticas, más allá de los gobiernos que las usan, son las máquinas mismas las que impiden distinguir -a nivel de la conciencia humana- una cámara de tortura de un quirófano de una aduana de un bombardeo de un e-mail de un parque de atracciones de una cocina moderna. Capitalismo y democracia social son incompatibles, pero el capitalismo ha impuesto ya un horizonte mental de maquinismo consumista tan “atmosférico” que no sabemos si podremos algún día retroceder de nuevo -sin pedir ya mucho más- hasta la más sencilla y elemental -y cruel- humanidad.

Santiago Alba Rico
La calle del medio

Mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado








En el principio no fueron, ciertamente, los dioses de los cielos los que impusieron sacrificios a los hombres en la tierra, sino los sacrificios de los hombres de la tierra los que pusieron dioses en el cielo. Por consiguiente, no es que el sacrificio haya sobrevivido al cambio de los antiguos dioses, sino que es la perpetuación del sacrificio lo que demuestra que los dioses no han cambiado. 

¡De nombre habrán cambiado, y de vestido; no de condición, como demuestra la renovada aceptación del sacrificio! Siguen siendo los viejos dioses carroñeros, vestidos de paisano, con los nombres de Historia o de Revolución, de Progreso o de Futuro, de Desarrollo o de Tecnología. Los mismos perros sangrientos con distintos aunque no menos ensangrentados collares. Más valía haber dejado en paz los dioses en sus cielos y quebrantado, en cambio, la mítica conexión del sacrificio, que era la fuerza que los sustentaba; ya ellos solos se habrían venido abajo desde las alturas, en vez de reflorecer y renovar sobre nosotros su cruento señorío. 

La Historia Universal no es sino el nombre, el disfraz y el maquillaje, tan pudorosa como fraudulentamente laicos, con que el arcaico y sangriento Yavé-Señor-de-los-Ejércitos, iam senex sed deo uiridisque senectus, circula y se las bandea hoy en día impunemente, como un viejo verde, por los salones de moda del agnosticismo. La prueba de que no es el dios el que demanda el sacrificio, sino que es, por el contrario, el sacrificio el que postula al dios la hallamos más arriba en el pasaje en que se observa cómo nunca es la Causa lo que se esgrime para justificar el sacrificio y la sangre derramada, sino siempre, por el contrario, el sacrificio, la sangre derramada, lo que se esgrime para legitimar la Causa. 

El sacrificio es el que crea, pues, la Causa; no ya la Causa la que promueve el sacrificio.

La pescadilla que se muerde la cola

La pescadilla que se muerde la cola también conocida como el dialelo en griego o como le cercle vicieux en francés o sea  el círculo vicioso en español. 

Ese círculo que, quizás, a fuerza de acariciarlo termine volviéndose vicioso. 

Todas son expresiones para describir situaciones o paradojas dónde la causa se confunde con el efecto, más se convierte en consecuencia.







Círculos viciosos  Chicho Sánchez Ferlosio

Quisiera hacer lo que ayer,
pero introduciendo un cambio.
- No metas cambio Silario
que está el jefe por ahí
- ¿Porqué está de jefe?
- Porque va a caballo
- ¿Porqué va a caballo?
- Porque no se baja
- ¿Porqué no se baja?
- Porque vale mucho
- ¿Y cómo lo sabe?
- Porque está muy claro
- ¿Porqué está tan claro?
- Porque está de jefe
Eso mismo fue
lo que yo le pregunté
- ¿Porqué está de jefe?

-Yo quiero bailar un son
y no me deja Lucía
- Yo que tú no bailaría
porque está triste Ramón.
- ¿Porqué está tan triste?
- Porque está malito
- ¿Porqué está malito?
- Porque está muy flaco
- ¿Porqué está tan flaco?
- Porque tiene anemia
- ¿Porqué tiene anemia?
- Porque come poco
- ¿Porqué come poco?
- Porque está muy triste
Eso mismo fue
lo que yo le pregunté
- ¿Porqué está tan triste?

- Quisiera formar sociedad
con el vecino de abajo
- Ese no tiene trabajo
no te fíes Sebastián
- ¿Porqué no trabaja?
- Porque no lo cogen
- ¿Porqué no lo cogen?
- Porque está fichado
- ¿Porqué lo ficharon?
- Porque estuvo preso
- ¿Porqué lo metieron, titi?
- Porque roba mucho
- ¿Porqué roba tanto?
- Porque no trabaja
Eso mismo fue
lo que yo le pregunté
- ¿Porqué no trabaja?

- Quiero conocer aquel
hablarle y decirle hola
- No le has visto la pistola
deja esa vaina Javier
- ¿Porqué la pistola?
- Porque tiene miedo
- ¿Porqué tiene miedo?
- Porque no se fía
- ¿Porqué no se fía?
- Porque no se entera
- ¿Porqué no se entera?
- Porque no le hablan
- ¿Porqué no le hablan?
- Por llevar pistola
Eso mismo fue
lo que yo le pregunté
¿Porqué la pistola?

¿Porqué no trabaja?
¿Porqué está tan triste?
¿Porqué está de jefe?

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