Van a por nosotros











Límpiate los dientes, lávate los pies, cósete el jersey, 
píntate las uñas,cámbiate las pilas, cómete los mocos, 
bébete la espuma, cásate con ella, cásate con ella, cásate con ella.
Toma precauciones, piensa en tu futuro.
Van a por nosotros.
Las hordas internacionales de madres y delegados
y funcionarios y chinchillas
y hurones moralistas
que desean llevarte cogidito de la mano a tu jubilación.
Bébete el jarabe, cómprate un buen coche,
deja de fumar, no juegues a eso,
cambia de trabajo, mejora tu imagen,
vete a por las gambas,
cósete la manga,
rézale a la imagen.
Van a por nosotros
con sus pies de rey y sus escuadras
y sus cartabones y sus reglas
y sus compases y sus trajes de domingo.
Péinate los pelos, limpia tus zapatos,
huele a gasolina, dí que sí a tu jefe,
mira las noticias, no duermas la siesta,
deja esa sonrisa, siéntete culpable,
acábate la sopa,
acábate la sopa,
acábate la sopa.
Hazte responsable.
Van a por nosotros.
Se acabó la juventud.
Basta de holgazanear. Hay que concienciarse.
Viva el complejo de Edipo.
Yo tengo la culpa.
Paga tus facturas, traje con chaleco,
duerme con pijama, santifica el lunes,
funda una familia, por qué no adelgazas.
Vaya facha traes, lávate las manos,
píntate los labios,
por qué dices eso,
todo está ya escrito.
Van a por nosotros.
Y Edison y Washington
y Einstein y Freud y Hitler y Copérnico
y Von Braun y Don Santiago Ramón y Cajal
VAN A POR NOSOTROS.
Cada año más cerca, cada día más claro,
cada sorbo más dulce, cada recuerdo más lejos.
VAN A POR NOSOTROS
VAN A POR NOSOTROS
VAN A POR NOSOTROS
VAN A POR NOSOTROS
A POR NOSOTROS TODOS.

Accidents Polipoétics

Tu mirá













Tu mirá - Lole y Manuel




Y tu mirá
Se me clava en los ojos como una "espa" 
Se me clava en los ojos como una "espa" 
Se me clava en los ojos como una "espa" 
De amores llora una rosa 
De amores llora una rosa 
Y le sirve de pauelo 
Una blanca mariposa 

De tanto volar 
Sedienta de tanto vuelo 
En un charco de agua clara 
La alondra se bebe el cielo, ay, ay 

Aquella tarde de abril 
Te dije vente conmigo 
Y no quisiste venir 
Y no quisiste venir 
No te quisiste venir 

Y tu mirá se me clava en los ojos como una "espa" 
Se me clava en los ojos como una "espa" 
Se me clava en los ojos como una "espa" 
 

Y tu mirá se me clava en los ojos como una "espa" 
Y mi tren de alegria se va se va (se me clava en los ojos...) 
Y no tengo mas sueño que tu "mira" (se me clava en los ojos...) 

Y tu mirá se me clava en los ojos como una "espa" 
Grillo de mis tormentos, rosa troncha (se me clava en los ojos como una "espa") 
Cuando sueño tus ojos de "madruga" (se me clava en los ojos...) 
Yo no puedo apartarme de tu "mira" (se me clava en los ojos...) 

Y tu mirá se me clava en los ojos como una "espa" 
Se me clava en los ojos como una "espa" 
Se me clava en los ojos como una "espa" 

Y tu mirá se me clava en los ojos como una "espa"...

El mundo





Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. 
El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. 
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galeano

Tener o Ser





Erich Fromm vaticinó una sociedad obsesionada con las posesionespensaba que los seres humanos tenemos dos orientaciones básicas: tener y ser. 
Una persona con orientación al tener buscar comprar y poseer cosas, bienes y hasta personas en cambio una persona orientada al ser se centra en la experiencia, encuentra sentido en el intercambio, en el compromiso y en el compartir con los demás. 

Pero en una sociedad movida por el comercio como la que vivimos hoy está condenada a la orientación del tener que conduce a la insatisfacción y al vacío.


Entrevista a Erich Fromm

¿Qué quieres ser de mayor? Mecánico









Uptown girl - Billy Joel


She's been living in her uptown world
I bet she's never had a backstreet guy
I bet her momma never told her why


I'm gonna try for an uptown girl
She's been living in her white bread world
As long as anyone with hot blood can
And now she's looking for a downtown man
That's what I am

And when she knows what
She wants from her time
And when she wakes up
And makes up her mind

She'll see I'm not so tough
Just because
I'm in love with an uptown girl
You know I've seen her in her uptown world
She's getting tired of her high class toys
And all her presents from her uptown boys
She's got a choice

Uptown gir
You know I can't afford to buy her pearls
But maybe someday when my ship comes in
She'll understand what kind of guy I've been
And then I'll win

And when she's walking
She's looking so fine
And when she's talking
She'll say that she's mine

She'll say I'm not so tough
Just because
I'm in love
With an uptown girl
She's been living in her white bread world
As long as anyone with hot blood can
And now she's looking for a downtown man
That's what I am

Uptown girl
She's my uptown girl
You know I'm in love
With an uptown girl

Chica de los barrios altos




Ella ha estado viviendo en su mundo de los barrios altos
Apuesto a que ella nunca ha estado con un chico barriobajero
Apuesto a que su madre nunca le dijo por qué

Voy a intentar conseguir una chica de los barrios altos
Ella ha estado viviendo en su mundo de pan blanco
Tanto tiempo como cualquiera de sangre caliente podría
Y ahora ella busca un hombre de los barrios bajos
Eso es lo que soy

Y cuando ella sepa lo que
Quiere de su tiempo
Y cuando ella se despierte
Y se decida

Ella verá que no soy tan duro
Simplemente porque
Estoy enamorado de una chica de los barrios altos
Sabes que la he visto en el mundo de los barrios altos
Ella está cansada de sus juguetes de la clase alta
Y de todos los regalos de sus chicos de los barrios altos
Ella tiene una opción

Chica de de los barrios altos
Sabes que no tengo el dinero para comprarle perlas
Pero puede que algún día, cuando llegue mi barco
Ella entienda qué tipo de tío he sido
Y entonces ganaré

Y cuando ella camina
Su mirada es tan perfecta
Y cuando ella esté hablando
Ella dirá que es mía

Ella dirá que no soy tan duro
Simplemente porque
Estoy enamorado
De una chica de los barrios altos
Ella ha estado viviendo en su mundo de pan blanco
Tanto tiempo como cualquiera de sangre caliente podría
Y ahora ella busca un hombre de los barrios bajos
Eso es lo que soy

Chica de de los barrios altos
Ella es mi chica de los barrios altos
¿No sabes que estoy enamorado?
De una chica de los barrios altos

Conservación de los recuerdos







Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes" o: "Frank Sinatra". 
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte" y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Historias de cronopios y de famas - Julio Cortázar 

La vida es un cigarrito










La vida es un cigarrito
Que en cuatro suspiros cabe
Si te lo fumas ansioso
A poco o nada te sabe

Dicen que jugar con fuego
No es cosa de hombres cabales
Yo soy hombre fumo y bebo
Y bailo en los carnavales


Me lío mi cigarrito
Con parsimonia y decoro
Y saboreo la mezcla
Como si fuera un rey moro

En mitad de la faena
Un cigarrito me fumo
Y se me quita la pena
MIrando volar el humo

Nace la planta del suelo
El sol le da calidad
El humo levanta el vuelo
Y sube a la eternidad




La vida es un cigarrito 
Que tiene mucho misterio
Si dejas que te la líen
Te llevan al cementerio

Dicen que el tabaco mata
Fumar con tiento es de sabios
Y no apurar la colilla
Pa´no quemarse los labios



El cigarrito - Juan Perro

Sísifo el héroe absurdo






Por su desobediencia, los dioses condenaron a Sísifo a empujar sin tregua una roca hasta la cima de la montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. "Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza. Sísifo es el héroe absurdo" señala Albert Camus a propósito de este mito. "Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser dedica a no acabar nada [...]. El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino no es menos absurdo".


Como absurda es la tarea en las oficinas. El cuarenta por ciento de la fuerza laboral son trabajadores de cuello blanco. En su mayoría, desempeñan algunos de los empleos más tediosos jamás concebidos: mover papeles inútiles de un lado a otro.


Los modernos dioses del capitalismo han perfeccionado el absurdo al crear la necesidad de que cada persona se dedique a empujar rocas sin sentido. El nuevo mito de nuestros días se llama Pleno Empleo, una contradicción en sus términos: desde las primitivas hachas de silex a la utilización del silicio en los chips electrónicos, los avances tecnológicos significan ahorros de esfuerzo humano. Pero como señalo el economista polaco Michal Kalecki, "los fundamentos de la ética capitalista exigen que usted gane su pan con el sudor de su frente... a menos que usted posea medios privados".


Así, las nuevas tecnologías no han sido utilizadas para distribuir mejor el tiempo de trabajo (¿noo?) , sino para favorecer una gigantesca concentración de capital privado (pero que golums que son). El neoliberalismo ha creado el imaginario de una sociedad supeditada funcionalmente a las necesidades del mercado. Esa irracionalidad exige que todo el mundo acepte que el progreso económico exige mercados de trabajo "desrregulados", aceptando asimismo que existirán grupos sociales vencedores (winners payo) y grupos sociales perdedores (loosers, de algo me tienen que servir mi inglish vaugan class). Se utiliza el despido como medio disciplinario, más no se debería olvidar que, en buena lógica, los perdedores en el campo laboral podrían revolverse y utilizar la fuerza (como se les ocurra mandamos a la Benemérita) para recuperar posiciones por otras vías. Al fin y al cabo, "la guerra es la continuación de la política por otros medios". Karl von Clausewitz, dixit.


69 Razones para no trabajar demasiado - Ciudadano Pérez


Rayuela Jazz





El jazz -el creado por los negros, y único que merece tal nombre- ha evitado con ingenuidad maravillosa el terrible azar que, a pesar de todas las probidades interpretativas, se juega en los teclados del mundo. Entre los jazzmen negros no hay autores y ejecutantes, músicos e intérpretes. Todos ellos son músicos. Julio Cortázar




Dave Brubeck Quartet - Blue Rondo à la Turk





"Pero en el jazz como en cualquier arte hay siempre un montón de chantajistas. Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música. Dolor paterno en fa sostenido, carcajada sarcástica en amarillo, violeta y negro. No, hijo, el arte empieza más acá o más allá, pero no es nunca eso.

    Nadie parecía dispuesto a contradecirlo porque Wong esmeradamente aparecía con el café y Ronald, encogiéndose de hombros, había soltado a los Warring’s Pennsylvanians y desde un chirriar terrible llegaba el tema que encantaba a Oliveira, una trompeta anónima y después el piano, todo entre un humo de fonógrafo viejo y pésima grabación, de orquesta barata y como anterior al jazz, al fin y al cabo de esos viejos discos, de los show boats y de las noches de Storyville había nacido la única música universal del siglo, algo que acercaba a los hombres más y mejor que el esperanto, la Unesco o las aerolíneas, una música bastante primitiva para alcanzar universalidad y bastante buena para hacer su propia historia, con cismas, renuncias y herejías, su charleston, su black bottom, su shimmy, su foxtrot, su stomp, sus blues, para admitir las clasificaciones y las etiquetas, el estilo esto y aquello, el swing, el bebop, el cool, ir y volver del romanticismo y el clasicismo, hot y jazz cerebral, una música-hombre, una música con historia a diferencia de la estúpida música animal de baile, la polka, el vals, la zamba, una música que permitía reconocerse y estimarse en Copenhague como en Mendoza o en Ciudad del Cabo, que acercaba a los adolescentes con sus discos bajo el brazo, que les daba nombres y melodías como cifras para reconocerse y adentrarse y sentirse menos solos rodeados de jefes de oficina, familias y amores infinitamente amargos, una música que permitía todas las imaginaciones y los gustos, la colección de afónicos 78 con Freddie Keppard o Bunk Johnson, la exclusividad reaccionaria del Dixieland, la especialización académica en Bix Beiderbecke o el salto a la gran aventura de Thelonius Monk, Horace Silver o Thad Jones, la cursilería de Erroll Garner o Art Tatum, los arrepentimientos o las abjuraciones, la predilección por los pequeños conjuntos, las misteriosas grabaciones con seudónimos y denominaciones impuestas por marcas de discos o caprichos del momento y toda esa francmasonería de sábado por la noche en la pieza del estudiante o en el sótano de la peña, con muchachas que prefieren bailar mientas escuchan Star Dust o When your man is going to put you down , y huelen despacio y dulcemente a perfume y a piel y a calor, se dejan besar cuando es tarde y alguien ha puesto The blues with a feeling y casi no se baila, solamente se está de pie, balanceándose, y todo es turbio y sucio y canalla y cada hombre quisiera arrancar esos corpiños tibios mientras las manos acarician una espalda y las muchachas tienen la boca entreabierta y se van dando al miedo delicioso y a la noche, entonces sube una trompeta poseyéndolas por todos los hombres, tomándolas con una sola frase caliente que las deja caer como una planta cortada entre los brazos de los compañeros, y hay una inmóvil carrera, un salto al aire de la noche, sobre la ciudad, hasta que un piano minucioso las devuelve a sí misma, exhaustas y reconciliadas y todavía vírgenes hasta el sábado siguiente, todo eso en una música que espanta a los cogotes de platea, a los que creen que nada es de verdad si no hay programas impresos y acomodadores, y así va el mundo y el jazz es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde y esta noche en Viena está cantando Ella Fitzgerald mientras en París Kenny Clarke inaugura una cave y en Perpignan brincan los dedos de Oscar Peterson, y Satchmo por todas partes con el don de ubicuidad que le ha prestado el Señor, en Birmingham, en Varsovia, en Milán, en Buenos Aires, en Ginebra, en el mundo entero, es inevitable, es la lluvia y el pan y la sal, algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizás había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o que quizá había otros caminos y que el que tomaron era el mejor, pero que quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias, y que un hombre es siempre más que un hombre y siempre menos que un hombre, más que un hombres porque encierra eso que el jazz alude y soslaya y hasta anticipa, y menos que un hombre porque de esa libertad ha hecho un juego estético o moral, un tablero de ajedrez donde se reserva ser el alfil o el caballo, una definición de libertad que se enseña en las escuelas, precisamente en las escuelas donde jamás se ha enseñado y jamás se enseñará a los niños el primer compás de un ragtime y la primera frase de un blues, etcétera, etcétera.

I could sit right here and think a thousand miles away,
I could sit right here and think a thousand miles away,
Since I had the blues this bad, I can’t remember the day…"

Rayuela - Julio Cortázar

La pequeña muerte







  No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo mas alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo mas alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien no tiene nada de raro, porque nacer es una alegría que duele. 

Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.

Eduardo Galeano

Money







Es así: periódicamente el dinero me reprocha
por qué lo dejo aquí sin utilizar. 
Soy lo que nunca tuviste, el sexo y las cosas buenas.
Tú puedes conseguirlas firmando unos cuantos cheques. 
Entonces miro qué hacen los demás con el suyo: 
seguramente no lo dejan debajo del colchón. 

Ellos ya tienen una casa en la playa, un auto y una mujer: 
está claro que el dinero alguna relación guarda con la vida 
-en efecto, tienen mucho que ver si lo averiguas: 
no puedes postergar la juventud hasta que jubiles 
y por más que deposites tu sueldo, al final 
tus ahorros apenas te permitirán pagar un afeitado.

Escucho el canto del dinero. Es como mirar 
desde lo alto de un ventanal una ciudad de provincia,
sus barrios, el canal, las iglesias adornadas y locas
bajo el sol de la tarde. Es intensamente triste.




Quarterly, is it, money reproaches me:
Why do you let me lie here wastefully?
I am all you never had of goods and sex.
You could get them still by writing a few cheques.
So I look at others, what they do with theirs:
they certainly don’t keep it upstairs. 
By now they’ve a second house and car and wife:
clearly money has something to do with life
-in fact, they’ve a lot in common, if you enquire:
you can’t put off being young until you retire,
and however you bank your screw, the money you save
won’t in the end buy you more than a shave. 
I listen to money singing. It’s like looking down
from long French windows at a provincial town,
the slums, the canal, the churches, ornate and mad
in the evening sun. It is intensely sad.


Philip Larkin



Sweet Jane










De pie en la esquina
Con una maleta en mi mano
Jack lleva su faja
Y Jane su chaleco
Y yo, estoy en una banda de rocanrol
Montando en un coche antiguo
Sabes que esos eran tiempos diferentes
Todos los poetas estudiaban las reglas del verso
Y las damas ponían los ojos en blanco
Dulce Jane, dulce Jane, dulce Jane
Te diré algo, Jack es un banquero
Y Jane una empleada
Los dos ahorran dinero
Y cuando vuelven a casa del trabajo
Oh, se sientan junto al fuego oh
En la radio suena
Un poco de música clásica entonces
La marcha de los soldados de madera
Todos protestáis, chicos
Podéis oir a Jack decir
Dulce Jane, dulce Jane, dulce Jane
A alguna gente le gusta salir a bailar
Y otros tienen que trabajar
No tienes más que mirarme
Y hay incluso algunas madres malvadas
Que te van a decir que todo es basura
Sabéis que las mujeres nunca se desmayan
de verdad
Y que los villanos siempre guiñan sus ojos
Y que los niños son los únicos que se ruborizan
Y que la vida es sólo para morir
Pero cualquiera que haya tenido alguna vez un corazón
Oh, no se dará la vuelta para romperlo
Y cualquiera que alguna vez haya interpretado un papel
Oh, no se dará la vuelta para odiarlo
Dulce Jane, dulce Jane, dulce Jane




Standing on the corner, suitcase in my hand
Jack is in his corset, and Jane is in her vest, and, me
I'm in a rock'n'roll band. Huh
Ridin' in a Stutz-Bearcat, Jim
Y'know, those were different times
Oh, all the poet, they studied rules of verse
And the ladies, they rolled their eyes

Sweet Jane! Whoa! Sweet Jane, oh-oh-a! Sweet Jane
I'll tell you something
Jack, he is a banker
And Jane, she is a clerk
Both of them save their monies, ha
And when, when they come home from work
Ooh! Sittin' down by the fire, oh
The radio does play
The classical music there, Jim
"The March of the Wooden Soldiers"
All you protest kids
You can hear Jack say, get ready, ah

Sweet Jane! Come on baby! Sweet Jane! Oh-oh-a! Sweet Jane
Some people, they like to go out dancing
And other peoples, they have to work. Just watch me now
And there's even some evil mothers
Well they're gonna tell you that everything is just dirt
Y'know that, women, never really faint
And that villains always blink their eyes, woo
And that, y'know, children are the only ones who blush
And that, life is, just to die
And, everyone who ever had a heart, oh
That wouldn't turn around and break it
And anyone who ever played a part, whoa
And wouldn't turn around and hate it

Sweet Jane! Whoa-oh-oh! Sweet Jane! Sweet Jane. Sweet Jane
Sweet Jane. Sweet Jane





La neurosis del fin de semana










La ansiedad con que se espera el fin de semana contrasta a menudo con la frustración sentida al ver que el ocio no ha dado de sí lo que se esperaba. Un estudio realizado por una psicóloga alemana sobre este fenómeno sugiere un remedio: no considerar ese tiempo como algo tan radicalmente distinto del resto de la semana. Resumimos sus conclusiones, a partir de la información publicada en el Kölner Gtadt-Unzeiger (17-XI-85).

Ya lo decía el viejo Goethe: "En el mundo se puede soportar todo excepto unos cuantos días de fiesta". Días de fiesta como, por ejemplo, un fin de semana anhelado, quizá incluso prolongado por una fiesta más y que, de hecho, acaba mal. Sin llegar a casos extremos, los síntomas pueden ir desde el aburrimiento hasta la depresión, pasando por el mal humor y la melancolía. Este malestar, denominado por la psicología neurosis del fin de semana, está extendido en países de elevado nivel cultural.

El difícil descanso
La psicóloga Gundi Dornbusch acaba de publicar un estudio sobre este fenómeno, en el que mantiene la siguiente tesis: "el fin de semana amenaza con convertirse en una ocupación que, si se busca con ahínco, consume enormemente las fuerzas; pues se presenta como un programa en contraste con la semana laboral y que, por lo tanto, hay que llevar a cabo." Dejar totalmente fuera de los días de fiesta los afanes de los días corrientes, querer convertir el fin de semana en una isla feliz donde son posibles todas las experiencias que la semana laboral escatima a los hombres, supone el riesgo de acabar en un chasco.
La profesora del Instituto de Psicología de la Universidad de Colonia, intenta aclarar por qué el descanso anímico es tan difícil de conseguir el domingo. ¿En qué nos equivocamos? ¿Tal vez esperamos demasiado de los días festivos, como si nos tuvieran reservado algo completamente distinto a los días laborables?

La psicóloga preguntó a gentes de muy distintas situaciones profesionales y familiares para sacar una idea de cómo organizaban su tiempo libre. Para ello elaboró distintos tipos de fines de semana, sin adscribirlos a un tipo de persona. Entre estas posibilidades se encuentran el fin de semana espontáneo, el fin de semana rico en experiencias, el fin de semana tradicional y el fin de semana de evasión del mundo laboral. Las cuatro formas tienen en común el empeño de ser totalmente distintos al día normal y corriente. Quien presienta ya algo funesto, debe saber de entrada que todos los tipos de fin de semana pueden acabar en una resaca, si se siguen al pie de la letra.

El abandono a lo espontáneo
El fin de semana espontáneo viene marcado por la idea de romper con la rigidez de los días normales, donde todo se desarrolla según un plan y un horario. Este abandono a lo espontáneo puede tomar el siguiente cariz: uno ve en la televisión la última película, no encuentra el momento de irse a la cama, disfruta la prometedora incertidumbre de lo que traerá el día siguiente, se levanta muy tarde y alarga interminablemente el desayuno. Con el prurito de no aceptar planes impuestos, rechaza cualquier sugerencia de hacer una excursión, sigue matando el tiempo (aún quedan muchas posibilidades), y así, poco a poco, la euforia de la noche anterior empieza a convertirse en desaliento.
Quien deseaba disfrutar de un tiempo libre y espontáneo acaba así en un callejón sin salida. Como todo tiene que acontecer casualmente, ni toma iniciativas ni se quiere comprometer con las que le sugieren. Por lo tanto, lo único que le queda es una vuelta a lo hogareño -hojear un libro, ordenar fotos, dormir la siesta, cambiar las flores de tiesto...-. La anhelada variedad de posibilidades del fin de semana desemboca así en ocupaciones cotidianas. Cuando se da cuenta de que ha perdido el tiempo, la desilusión se transforma en enojo. De nuevo la realidad ha quedado muy por detrás de lo imaginado. Las consecuencias son una soledad y un vacío que inquietan y consumen las fuerzas. De este modo, quien el viernes por la noche era un apasionado defensor del principio del placer, el lunes se siente molido y no está para nada.

En busca de acción
El desencanto acecha también ante un programa movido para el fin de semana, con la mayor parte de las citas ya fijadas el jueves. Especialmente las personas que pasan un día de diario aburrido y sin hechos notables, se encaprichan con un fin de semana rico en experiencias. Buscan una vida intensa, acción, reuniones, invitaciones, fiestas, atracciones... Se aspira a un constante estar en marcha, a algo completamente distinto, extraordinario.
Según la psicóloga, lo extraordinario es buscado siempre "por la misma gente y en los mismos lugares que parecen como de mucho ambiente", por ejemplo, en fiestas o en el casco viejo de la ciudad (tópico de una diversión segura). Con lo cual es muy probable que estos planes exprimidos al máximo den mucho menos de lo que cabría esperar.

La armonía de lo tradicional
¿Son más felices los partidarios del fin de semana tradicional? Estos son los que en los días de descanso buscan la armonía y la felicidad dentro de un marco estricto de ritos y reglas: poner el mantel del domingo, sacar del armario la vajilla de calidad, oír música clásica, visitar a la abuela... Se toman así la molestia de dar al fin de semana algo de realce en un marco bonito, haciendo con más esmero labores completamente normales.
Este tipo de fin de semana acaba el domingo a media tarde, con un aterrizaje progresivo en la vida cotidiana: se ordena la ropa, se contesta la correspondencia, los niños se preparan para la vuelta al colegio... y todo en el caso de que las cosas hayan salido bien. Pues incluso una situación aparentemente tan armónica tiene sus problemas. Si los distintos puntos del programa se van sucediendo de una manera muy ajustada, los interesados pueden sentirse atrapados. Hay que pagar el precio de respetar las reglas del juego en beneficio de la armonía. Cómo extrañarse de que, sobre todo las amas de casa, después de sentirse tan aprisionadas, sientan el deseo de cortar, de que se pongan nerviosas con motivo de las tertulias familiares que lentamente se convierten en cuchicheos.

Para olvidar todo
Este sentirse condicionado por los otros es un problema que se elude completamente en el fin de semana de evasión. Quien se abandona a él, se sumerge de la mañana a la noche en un hobby o en una ocupación que le hace olvidar todo: el pescador aficionado se aisla contra cualquier tipo de molestias; el amante del arte se pasa las horas muertas en una exposición; el pequeño jardinero se retira del mundo a su terrenito; el que tiene una casa de campo se va a su refugio directamente desde la oficina con el coche lleno hasta arriba. Todos quieren desconectar absolutamente y olvidarse.
Sin embargo, su cambio de escena está constantemente amenazado por el temor a que alguien les estropee el sueño de olvidar la realidad. "El fin de semana -opina Gundi Dornbusch- se separa de la vida cotidiana sólo por una fina película de vivencias y experiencias. El ímprobo esfuerzo por mantener alejada la otra cara, es decir, la realidad, se puede convertir precisamente por eso en lo contrario."

Difuminar las fronteras
La autora del estudio psicológico sobre la "neurosis del fin de semana" no expone una receta tipo para aprovechar con éxito el ocio. Sugiere que las frustraciones podrían suavizarse si no se pusieran unas expectativas demasiado elevadas en el fin de semana, como si fuera a ser algo totalmente distinto del día normal.

También el profesor Whilhelm Salber, en cuyo Instituto ha aparecido este trabajo de investigación, sugiere difuminar un poco la frontera entre los días normales y el fin de semana. Plantea si no sería conveniente, por un lado, "limitar las elevadas pretensiones del fin de semana", pues "es un engaño creerse que el domingo va ser todo distinto". Y, por otra parte, propone "llevar a cabo también durante los días de diario un poco de aquello que uno imagina como la auténtica vida, sin dejarlo todo para el fin de semana."

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