Juego y Seriedad




Juego y seriedad no son cosas incompatibles.  
Los niños, que pasarían su tiempo jugando si se les permitiera, que espontáneamente creen que su vida consiste en jugar, son perfectamente serios; sólo las gentes maduras son verdaderamente frívolos, más bien los reacios a madurar, escépticos y como vaciados de si mismos. 
El niño está lleno de de si mismo y por eso experimenta tanta dificultad en seguir una ocupación, un estudio serio. 
Juego no es entretenimiento: sólo los mayores frívolos, vaciados de si mismo necesitan entretenerse, es decir, hacer que hacen, hacer sin pasión ni finalidad. Es la esterilidad que constituye el fondo de los frívolos. 
 
María Zambrano - La historia como juego


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