Poner el ego a dieta






Esta dolorosa, angustiosa, extenuante obsesión por ser…

¿Y si fuéramos capaces de aceptar –siquiera un poquito— 

más bien nuestro no ser? ¿Y si prescindiéramos una miajita 

de ese vital reconocimiento por parte de los otros, que tanto 

anhelamos? “Me dejo suceder”, decía Clarice Lispector. ¿Y

si fuéramos capaces de dejarnos transcurrir, ocurrir, 

suceder, pasar –y finalmente desaparecer? ¿Y si fuéramos

capaces de asumir nuestra finitud, hasta el fondo, y de 

someter a cierta dieta al insaciable ego –lograr, al menos,

que dejara de comer carne?

Jorge Riechmann

Quijote tuits




I. Amistades que son ciertas nadie las puede turbar. 

II. Bebed y buen provecho os haga, que el vino que se bebe con medida jamás fue causa alguna de daño. 

III. Porque me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres. 

IV. Aparta la imaginación de los sucesos adversos que te podrán venir; que el peor de todos es la muerte y como esta sea buena, el mejor de todas es morir. 

V. Al bien hacer jamás le falta premio. 

VI. Y hasta la muerte todo es vida. 

VII. No te muestres, aunque por ventura lo seas, codicioso, mujeriego y glotón; porque sabiendo el pueblo y los que te tratan tu inclinación determinada, por allí te darán batería. 

VIII. Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero. 

IX. Porque la experiencia me mostraba que la música compone los ánimos descompuestos, y alivia los trabajos que nacen del espíritu. 

X. Los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos.





XI. Que la abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen. 

XII. No quieras apresurarte tanto en la carrera que en mitad de ella te falte el aliento. 

XIII. Ambición es, pero ambición generosa, la de aquel que pretende mejorar su estado sin perjuicio de terceros. 

XIV. El miedo que tienes te hace Sancho, que ni veas ni oigas a derecha; porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son. 

15. ¿Pero quien pondrá menda a los deseos? 

XVI. Pero no apoques tú ánimo tanto, que te vengas a contentar con menos que con ser adelantado. 

XVII. Todo lo hermoso es amable. 

XVIII. La alabanza propia envilece. 

XiX. ¡Oh memoria!, enemiga mortal de mi descanso. 

XX. Donde reina la envidia no puede vivir la virtud, ni donde hay escasez la liberalidad. 

XXI. Que ya yo sé de experiencia que los montes crían letrados y las cabañas de pastores encierran filósofos. 

XXII. Esperando sin esperanza y temiendo sin saber que tememos. 

XXIII. Hase de advertir que no se escribe con las canas, sino con el entendimiento. 

XXIV. Que los oficios mudan las costumbres, y podría ser que viéndoos gobernador no conocieseis a la madre que os parió. 

25. No te encumbres que toda afectación es mala. 

XXVI. Y la causa es que el que no puede ser agraviado no puede agraviar a nadie. 

XXVII. Que un buen corazón quebranta mala ventura. 

XXVIII. Que para dar y tener, seso es menester. 

Cervantes

Humanidad como dato




"Los problemas sociales no se solucionan aumentando el PIB"


LA SOBERBIA del ser humano actual es sólo comparable con su necedad. Si el progreso no está regido por la cultura (que consiste en una manera de haber sido, de ir siendo y de llegar a ser, nunca concluida), basado en ella y en el acatamiento de las leyes físicas, gran parte de las cuales ignoramos aún; si el progreso no se atiene a la responsabilidad de un ser que, puesto que se considera cabeza de la escala biológica, debe en primer lugar utilizar su propia cabeza al servicio de la vida total, tal progreso se deshumanizará más cada día, y se dirigirá -subvertidos los valores- al perfeccionamiento de la técnica más que al del hombre. Hasta el punto de que el hombre acabará por padecerlo más que beneficiarse de él. Porque cualquier desarrollo requiere, al mismo tiempo, al hombre y a la Naturaleza. Más aún, ninguno podrá realizarse sin que se desarrolle el hombre mismo, y sin que la Naturaleza sea su aquiescente colaboradora. Ir contra ella es ir contra nosotros. Y así no habrá progreso tecnológico -o no será fructífero- si no hay progreso humano, que no ha de ser material en todo caso. Tal es la causa de que la auténtica cultura (cada pueblo no es más que la suya) sea la abanderada de todo auténtico avance. Condición previa que continuará rigiendo cuando no estemos ya. 

Antonio Gala

Dame tinto y dime tonto










Tú marquesa, yo mendigo
que los amores prohibidos
siempre fueron más mejor.

Los Don Juanes ordinarios 
saben de vocabulario
pero no del corazón.

No cabe en los diccionarios
cuando te beso en los labios
cuando me muero por vos
ni se escribe en los bestseller
con historias de quereres 
como esta tuya y mía
mientras que yo voy contando 
los lunares de tu mambo
pídeme otra manzanilla.

Anda enrróllate mi vida
tú me pagas la bebida
yo te doy el corazón,
luego méteme en tu cama
que si me faltan las ganas
me sobra imaginación,
y llévame a vivir contigo
a la sombra del dobladillo
de una loncha de jamón.




Pa aclararme un vino blanco
si me lo pides te canto 
por don Antonio Chacón

Pa aliviarte esas ojeras
con pena de petenera
niña de mi corazón.

Tú no te quedas soltera
mientras yo viva y beba
a la lima y el limón.

Mañana a la misma hora
no me faltes reina mora
que en tú ausencia me imagino
amargao de la vida
viendo amanecer los días
huérfano de tapa y vino.


Anda enrróllate mi vida
tú me pagas la bebida
yo te doy el corazón,
luego méteme en tu cama
que si me faltan las ganas
me sobra imaginación,
y llévame a vivir contigo
a la sombra del dobladillo
de una loncha de jamón.



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